Hoy tenía necesidad de darle a la tecla. Y me salió larga. Así que la divido en dos. Aquí la primera parte y un poquito más abajo la segunda. Además para entender todo, hace falta un breve vocabulario con vídeo incluido. Siento las molestias.
Falla: Teatro Manuel de Falla, en Cádiz. Aquí se celebra el concurso oficial de agrupaciones del Carnaval
Viña: Barrio dela Viña. Popular barrio de Cádiz, muy presente en las coplas carnavaleras.
Don Antonio, maestro, Martín, viñero: Antonio Martín, reconocido autor de comparsas de Cádiz con numerosos premios, y un palmarés casi inigualable.
Ares, niño coplero/pirata: Antonio Martínez Ares, autor de comparsa, que se retiró del carnaval tras innumerables éxitos, harto de envidias, codazos y polémicas. Tras años de disputas, se reconcilió con Antonio Martín y se escribieron sendos pasodobles de admiración en los años que ambos fueron pregoneros. Además, el año después de que Ares realizase el pregón, Martín salió en su defensa ante las injustas críticas de muchos de sus compañeros. Ese pasodoble es al que se hace referencia en el texto, y lo podéis encontrar en este vídeo.
Días de Carnaval. No importa la hora de llegada a casa ni el cansancio acumulado en las horas de trabajo. Son cuartos en el Falla, y eso es otra de mis pasiones andaluzas en la distancia. Algo más de cuarenta días después, volverá a tocar trasnochar para intuir el olor del incienso y el azahar por las calles sevillanas. Siempre a través de la televisión. En esto de Don Carnal, hay días buenos, con pasodobles que llegan al alma, y cuplés que te sacan una sonora carcajada. Y te vas a la cama, feliz. Otros, te quedas indiferente, e internet se ofrece como la solución para volver a escuchar coplas de locura. No tengo cultura carnavalera suficiente, ni la busco, al menos de momento, así que casi siempre recurro a Martín y Ares. Me llegan, me emocionan.
Y así andaba el otro día escuchando la defensa que hace el maestro del niño coplero, cuándo me acordé de ti. Entre todas las personas del mundo que podrían encajar en aquello de un año coronado, y al siguiente vilipendiado, de las máscaras, de la envidia y de los niños copleros, no sé porqué me vino tu imagen. Años hace que apenas hablamos, pero la cabeza a veces tiene estas cosas. Porque igual que escribía Martín en ese pasodoble, contigo también se fue injusto. Demasiado. Quizás te lo buscaste por esa pinta de comerte el mundo a dentelladas salvajes. Y en este puto mundo de apariencias, tú vendiste esa. Protección. Una barrera como otra cualquiera. Yo suelo tirar por el sarcasmo y la ironía. Otros lo hacen por el físico. En el fondo, todos más blandos que el pan bimbo. La verdad es que nunca ha estado esto como para descubrir flaquezas y debilidades. El enemigo espera en cualquier esquina. Así que muchos se quedaron con esa imagen de la apariencia. Conmigo también ocurre. Y créeme, que lo siento por ellos. (Continua...)